Había dos personas que juntas eran una, con sus peleas que duraban horas o minutos, con sus reconciliaciones , con sus secretos y su forma de entenderse, juntas, siempre juntas. Un día todo eso término, y de lejos vi que empezaron a vivir, si, vivir. Tal vez no supieron hacerlo juntos, tal vez volaron tan atados que se olvidaron que estar siempre tan agarrados, podía provocar que el golpe sea fuerte... no tuvieron forma de saber que les iba a doler, tal vez a uno más que otro, pero ¿quien soy para poner ese sentimiento en una escala? dolor al fin.
Supongo que todo no fue en vano, que van a poder hacer eso que no podían, que inconscientemente no se dejaban, no por egoístas, sino por el deseo de permanecer juntos. Hoy, desde lejos todo es más claro, más entendible, por eso como dice la frase, hay que volar juntos, pero nunca atados
Escrito por Ayelén Medina.
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